Origen
La historia del rugby comienza a partir de 1823 cuándo, según la tradición William Webb Ellis, un estudiante de un colegio de la ciudad de Rugby, mientras jugaba un partido de fútbol convencional, cogió la pelota con las manos y la llevó hasta la meta contraria marcando un gol durante un partido. Así empezó las variantes de distintos tipos de fútbol.
En la segunda mitad del siglo XIX, se definieron las del fútbol rugby, es decir el fútbol practicado según las reglas del Colegio de Rugby.
Pronto el rugby se difundió por el mundo, especialmente donde había colonias británicas, como en Sudáfrica, Australia, Nueva Zelanda, las Islas del Pacífico Sur, y en Sudamérica, concretamente en la Argentina, y en menor medida en Chile y Uruguay.
En el resto de Europa, se destaca Italia, pero también está presente en otros países como Portugal, España y en países del Este europeo, como Rumanía, Georgia o Rusia.
¿Sabías que..?
Desde su primera toma de contacto con este deporte a los jugadores de rugby se les enseñan una serie de valores positivos, como el compañerismo, la honestidad, el respeto, la disciplina, la lealtad, el sacrificio y el altruismo.
A diferencia de otros deportes de equipo, en el rugby los jugadores no suelen discutir a los árbitros sus decisiones, ni tratan de engañarlos para un beneficio de ese arbitraje. Los puntos son consecuencia del esfuerzo de todos, por lo que no se producen las celebraciones individuales.
Al final del partido los jugadores de ambos equipos confraternizan juntos en el llamado «tercer tiempo», en el que beben y comen juntos por invitación del equipo local.